Lo más normal es que
antes de salir de vacaciones se elabore un presupuesto. La cuantía
del mismo dependerá del tipo de viaje elegido, la duración, las
visitas y las actividades. Si se elige un crucero existe la modalidad
de pensión completa con todo incluido que permiten hacerse una idea
muy aproximada de la cantidad que debe destinarse al viaje.
No obstante, conviene
saber que determinados servicios se pagan adicionalmente. Por eso es
tan importante informarse bien con suficiente antelación.
Evidentemente, los
traslados hacia el puerto de partida y desde el puerto donde termina
la travesía no están incluidos en el precio. Aunque Hay navieras
que tienen acuerdos de colaboración con aerolíneas y, por eso,
ofrecen vuelos dentro de algunas ofertas para facilitar la llegada al
puerto de embarque y para regresar a casa.
Los seguros de vacaciones
y de cancelación de viaje, muy útiles por si hubiese algún
imprevisto antes de embarcar o durante el viaje, y los servicios
médicos recibidos a bordo, también se pagan aparte.
Atracar en las ciudades
implica visitar lugares y realizar comidas y actividades fuera del
barco. Obviamente, comer fuera del barco implica un coste. En cuanto
a las visitas y actividades, depende de cada naviera, algunas
incluyen el precio de la entrada en el precio del viaje pero otras
no, dejando que el pasajero decida si quiere participar o no.
Los artículos de la
galería comercial están libres de impuestos y sus precios son muy
interesantes pero, evidentemente, su adquisición no está incluida
dentro del viaje. Quien quiera comprar cualquier cosa deberá
pagarla.
El tema de las propinas
depende de la naviera del barco elegido pero, por lo general, estas
si vienen incorporadas al precio del crucero porque las gran mayoría
de las compañías las han estandarizado.